Santiago de Cuba
Alojamientos en Santiago de Cuba
Santiago de Cuba, la antigua y mágica ciudad colonial, tiene preciosos hoteles de lujo dentro de la ciudad. Pero también ofrece muchas casas particulares, hostales y apartamentos. Una buenísima oferta, a precios estupendos y con excelentes ubicaciones. Los hay cerca del puerto, alrededor del Parque Céspedes (la antigua Plaza Mayor, eje de la vida y punto de paso obligatorio de cualquier turista que se precie), en la mismísima calle Enramadas (probablemente, la calle más carismática y alegre de la ciudad), en las cuestas que bajan desde la parte histórica del casco antiguo hacia el puerto (escalinata del Padre pico, incluída) y hasta en la fantástica calle Heredia (en torno a la cual se concentra la música, el son, el ritmo y el arte santiagueros).
Comer bien en Santiago de Cuba
Muchos son los lugares en los que comer. Entre la calle Enramadas, el Parque Céspedes y la calle Heredia se concentran calles, rincones, hoteles, plazas y callejuelas que esconden muchos y buenos paladares, restaurantes de lujo, y sitios de comida sencilla y barata (incluso baratísima). De todo. Aunque la mayoría son restaurantes sencillos y muy económicos. Una alternativa divertida consiste en tomar el barquito que te lleva a Cayo Granma (una isla dentro de la bahía de Santiago. Se recorre en seguida, es una isla más bien pequeña y puedes comer en un restaurante con las mesas en primera línea de mar. Muy agradable.
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Qué hacer en Santiago de Cuba
Santiago es la ciudad más adictiva de Cuba. Su ritmo, descaro, magia, alegría y forma de ser hacen de ella algo muy especial. El pasado colonial, tan presente en su casco antiguo la reviste de historia, pasao e historia, siempre mezclada con leyendas, piratas, palacios, cañones y galeones. Las calles peatonales y la zona turística (Padre Pico, calle Heredia, Campo de Marte, Parque Céspedes, la Catedral, la calle Enramadas…) no te van a dejar indiferente. Su puerto, la bahía, el Cayo Granma, la bestial fortaleza renacentista de San Pedro de la Roca, los inmensos Parques Nacionales que tienes a tiro de excursión y los pecios para bucear y explorar los restos de la armada española que yacen a la entrada de la bahía… Es un festín de arquitectura colonial, ritmos afrocubanos, colorido, vida, sonrisas, pícaros, misterio y, como he dicho, adicción. Y, no lo olvidemos, su preciosa catedral (preciosa por fuera y por dentro) y el Santuario de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre (que custodia la imagen de su Virgen, patrona de Cuba).
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